Capítulo 7: La foto final

Ya eran las ocho de la mañana. El sol había salido cómo de costumbre anunciando el nuevo día, un día especial, el fin de un ciclo maldito, almenos dentro los muros del castillo. Era hora del espectáculo.

Escondieron la urna del diablo en el maletero del coche. Se arreglaron, asearon un poco y cuando estuvieron listos llamaron a los medios, radios, periódicos y televisiones. Al mediodía ya eran famosos en todo el país y pronto la historia se haría viral.

Los policías registraron cada centímetro del edificio sin encontrar gran cosa. La gente del pueblo querían ver con sus propios ojos el castillo y un centenar de personas se habían concentrado delante. Tuvieron que acordonar la zona hasta que acabasen de hacer su trabajo.

Al final todo se selló con una fotografía oficial que sería portada de muchos periódicos: los tres héroes orgullosos, abrumados por la muchedumbre posaban sonrientes junto a los policías y la alcaldesa. Ese día cambió sus vidas para siempre.

A la mañana siguiente la foto estaba en los periódicos y pocos se percataron del extraño personaje vestido de mayordomo que parecía uno más entre la muchedumbre al fondo de la foto. Una cara más en el anonimato de la gente humilde que les volvió a unir un día más. Los tres se miraron a los ojos y empezaron a reír con la cómica complicidad que les había brindado su nuevo amigo fantasma.

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FIN

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